En estas clases abordaremos cuestiones técnicas por medio de ejercicios, haremos algo de improvisación y sobre todo tocaremos piezas a varias voces.

El violonchelo tiene una tesitura de 5 octavas, y por ello puede tocar notas que podrían estar escritas para violín y viola; y también puede actuar como bajo. Esto permite que las formaciones de violonchelos tengan una amplia gama de colores sonoros, lo que les convierte en ensembles versátiles, con una sonoridad especial y atractiva.

Por ello estos grupos son un complemento muy interesante a la formación individual. A través del hacer música en conjunto se desarrolla la agudeza auditiva, la afinación, el pulso interno, mejora la capacidad de lectura, se refuerzan las habilidades técnicas y se amplía el entendimiento musical al trabajar distintos roles (solista, acompañamiento, improvisación…). Y algo no menos importante: a través del placer de hacer música se empieza a perder el miedo al error.

Las clases grupales tienen una duración de 60’, y se complementan con las individuales de manera quincenal o mensual.