En el aprendizaje instrumental, las clases individuales son la base del progreso técnico, pero las clases de grupo complementan la enseñanza a muchos niveles.

En estas clases se refuerza y fortalece lo aprendido en la clase individual, mediante la práctica de la música en un entorno lúdico y distendido. Tocar obras con pequeñas formaciones de violonchelos ayuda a la afinación, al ritmo, al sonido… y es una enorme motivación. En clase tocaremos juntos, improvisaremos, y haremos juegos y ejercicios que abordan cuestiones técnicas de manera divertida.

Las clases colectivas son el primer contacto con la música grupal y sientan las bases de la música de cámara. En ellas se trabaja la escucha activa, el ritmo y la coordinación.

En la clase de grupo encontramos un entorno favorable para el desarrollo integral del niño: los beneficios no se reducen a lo musical, sino que también se producen a nivel intelectual, emocional y social. En clase se fomenta el trabajo en equipo, y se desarrolla la empatía y el respeto a uno mismo y a los demás.

Las clases grupales tienen una duración de 60’, y se complementan con las individuales de manera quincenal o mensual.